El rostro más apagado de
la sociedad, abrazado por el lumpemproletariado, - el sector desclasado y
aislado del proletariado por las condiciones excelsamente desfavorables
provocadas por el desarrollo del Sistema Capitalista -, se manifiesta de
diferentes formas, - por medio de cualquier tipo de delincuencia y/o
marginación social -, dando lugar una vez más a otra expresión sistémica creada
con vistas a fomentar la disgregación social, y por ende, una conciencia social
alejada de la lucha contra la opresión.
La clase oprimida sufre
diariamente las inconmensurables atrocidades del Capitalismo, - fracaso
escolar, paro, drogadicción o desestructuración familiar, entre otras muchas -, surgiendo como consecuencia directa la
necesidad de buscar otras vías para conseguir una estabilidad social y
económica, a menudo por los caminos de la ilegalidad, una ilicitud que en
último término acaba reuniendo al conjunto de individuos, incapaces de soportar
la presión, en un mismo estadio social, en la marginación, - véanse los
poblados o barriadas situadas normalmente en la periferia de la ciudad, los primeros barrios obreros -
El Sistema mismo se
beneficia de esta ilegalidad, - mediante multas, fianzas o procesos judiciales
-, y dada su ambición enfermiza trata de mantener una capa social abocada a tal
desastre, consiguiendo difundir miedo entre el resto de las capas sociales que,
temerosas de ser víctimas del vaivén marginal, huyen del mismo, evitando
cualquier posibilidad de solidaridad o identificación de éstas con los sectores
marginales. Además, lo fomentan inconscientemente estableciendo mayor distancia
entre las clases, y acabando con cualquier intento de lucha contra el enemigo
común, el Capitalismo.
Con todo ello, y como un
nuevo elemento de dispersión de las masas obreras, la burguesía se encarga de
introducir sustancias estupefacientes para evitar cualquier futura organización
protagonizada por la clase trabajadora. Es así como se introduce la droga que,
siendo aceptada socialmente por el contexto de ansiada libertad y rebeldía,
- recordemos que se acaba de salir de la época franquista -, así como por la
necesaria evasión ante los problemas originados por el capitalismo, - paro,
miseria, y demás -, causaría estragos y fomentaría aún más la marginación y
delincuencia social.
Actualmente, esta táctica
de disgregación vuelve a incorporarse, en casos como Rusia, - con el krokodil -, o Grecia, - con la sisa -, donde la clase obrera se ha rebelado contra
el sistema impuesto, o mismamente España - con la cocaína -, donde surge de nuevo la necesidad
de paliar -o alejar aún más si cabe-, a priori, cualquier posible intento
revolucionario. Ahora bien, es menester analizar la situación y comprender que
si la clase socialmente marginada, - abocada al analfabetismo, a la
delincuencia y por tanto a la completa desvinculación en la lucha de clases -,
desempeña el papel que el Sistema mismo le concede, acabará representando un
factor reaccionario para el logro del fin último; la eliminación de toda forma
de opresión, el Comunismo.
Es por eso que, desde la
FEDERACIÓN DE JÓVENES COMUNISTAS DE ESPAÑA en MADRID, somos conscientes de la
necesidad de aunar esfuerzos para extender la conciencia de clase a todos los rincones
de la sociedad, armando a las masas explotadas en torno a la clase obrera con
la ciencia del marxismo leninismo, única herramienta mediante la cual podremos
destruir y enviar al basurero de la historia por una vez por todas este sistema
genocida y criminal; el capitalismo, que nos aboca a la delincuencia, la
marginación social, y la miseria más absoluta, negándonos cualquier atisbo de
dignidad. Únicamente siendo conscientes del problema - el sistema del capital
-, podremos llegar a la solución; la construcción del socialismo por y para la
clase trabajadora, libre de parásitos que nos exploten día a día.
¡POR EL FRENTE ÚNICO DEL PUEBLO!
¡PARA COMBATIR LA MARGINACIÓN, UNIÓN Y
ORGANIZACIÓN!
¡CONTRA LA DISUASIÓN CAPITALISTA, FORMACIÓN Y
CONCIENCIA OBRERA!
Federación
de Jóvenes Comunistas de España, en Madrid.