Si
bien a primera vista pudiera parecer que la precaria situación laboral
no afecta al estudiante, es imposible desviar la mirada del drama social
que nos asola, aún con lo que supone la propaganda burguesa, que
constantemente nos asedia en nuestro día a día. No pueden pasar
desapercibidas las distintas medidas y reformas que se han ido llevando a
cabo en el sistema educativo, esgrimiendo para su aplicación argumentos
y justificaciones de evidente falsedad.
Prueba
de ello son las constantes modificaciones del sistema educativo y, en
concreto, la subida de las tasas universitarias que ha reducido hasta un
22% el número de matriculados en la UAM, además de la drástica
reducción de becas para estudiantes, en concreto de las Séneca,
eliminadas para el curso 2013/2014, mientras que las ayudas destinadas a
centros privados se han mantenido (y aumentado). Existen, además, un
sinfín de reformas complementarias a las anteriores, que han provocado,
de igual modo, el constante deterioro de la calidad educativa en los
centros públicos, como el reciente plan de estudios de Bolonia, con el
objetivo de adaptar a los estudiantes a las necesidades del sistema de
producción capitalista, formando una mano de obra barata no cualificada,
condenada a la pobreza y a la dominación absoluta por parte del
empresario.
Estas
reformas mencionadas provienen no de un gobierno en concreto, sino que
son impuestas por el sistema capitalista en sí, en el que la burguesía
-dueños de los medios de producción- reprime y abusa sin escrúpulos del
obrero y, en consecuencia, de los estudiantes. Es por ello que la
burguesía desmantela impunemente lo público, además de destruir los
pocos derechos del trabajador, como los convenios colectivos, o no
remunerar las horas extraordinarias (más del 54% de estas horas no son
retribuidas), todo ello con el único objetivo de incrementar sus
beneficios, argumentando austeridad o supuestos gastos excesivos en el
sector público, mientras continúan explotando abiertamente a los
trabajadores, obteniendo ganancias mayores y descaradas en plena crisis
económica.
Desvincular
la lucha estudiantil de la lucha obrera contra su verdadero enemigo, el
capitalismo y la burguesía, conduce a que, en la práctica, los
sindicatos, movimientos estudiantiles y obreros fracasen, pues son
movimientos cuyo fin es reformar el sistema actual, esperando volver a
un supuesto bienestar en el que existían unos derechos que, sin embargo,
jamás fueron garantizados. De este modo, sus luchas contra un gobierno u
otro, o una u otra reforma, no han tenido éxito. Especial ejemplo de
ello son las masivas movilizaciones por huelga dirigidas por UGT y CCOO,
conducidas por ellos al antojo de los capitalistas, eliminando
cualquier carácter de clase en los mismos, hecho que explica el por qué
no han logrado ninguno de los objetivos propugnados, pero que sin
embargo han provocado un sentimiento de impotencia y malestar en muchos
de ellos, facilitando a la burguesía arremeter de nuevo impunemente
contra la clase obrera.
Producto
de lo explicado con anterioridad, nos encontramos un sistema
capitalista que oprime y explota al obrero, robándole el fruto de su
trabajo para el enriquecimiento único del patrón, del empresario. Estos
hechos generan una enorme contradicción en el seno de su eje central: el
carácter social y colectivo de la producción y su forma privada en
cuanto a los medios de producción, los cuales se encuentran en manos de
la burguesía. Éste que señalamos, es el pilar fundamental sobre el que
se sustenta la lucha de clases entre la clase obrera, explotados y
desposeídos, y la burguesía, explotadores y poseedores.
Este
hecho no le es extraño al estudiante, debido a su futura incorporación
en el llamado “mercado laboral”, por lo que las luchas de los
trabajadores deben ser las luchas de los estudiantes, y viceversa. Ambos
colectivos pertenecen a la misma clase oprimida y por tanto están
sujetos a las mismas contradicciones y los mismos métodos represivos por
parte de la burguesía.
Ante
la opresión hacia el obrero y los ataques del burgués, la FEDERACIÓN DE
JÓVENES COMUNISTAS DE ESPAÑA en MADRID llama a todos los estudiantes a
organizarse en Asambleas con perspectiva de Clase, cuyo objetivo no sea
solo concienciar al conjunto de los estudiantes para hacerles comprender
la inevitable lucha de clases que estamos destinados a protagonizar,
sino que además tenga como objetivo ulterior la conquista de la
Vanguardia del movimiento estudiantil de cara a organizar la Revolución
Socialista. Solo este puede ser el camino hacia el establecimiento del
germen del futuro Poder Popular en el Estado Socialista, conformado por
la unión de Asambleas de Comités Delegados de Trabajadores (centros de
trabajo), Asambleas de Estudiantes y Asambleas Populares (en los
barrios), donde los estudiantes tendrán un papel decisivo.
¡ESTUDIANTE, ORGANÍZATE Y LUCHA!
¡OBREROS Y ESTUDIANTES, UNIDOS Y ADELANTE¡
¡POR UN MOVIMIENTO ESTUDIANTIL DE CLASE Y COMBATIVO¡
¡POR EL FRENTE ÚNICO DEL PUEBLO! ¡POR EL SOCIALISMO!
FEDERACIÓN DE JÓVENES COMUNISTAS DE ESPAÑA en MADRID.
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